Día 4: lo que no quiero de la adultez / bitácora de casi 30

Hoy dialogué mucho conmigo misma sobre la adultez, ese momento que ya vivo y al que tanto le temo y que desde hace mucho creo saber por qué, pero hasta hoy logré encontrar la imagen perfecta para entenderlo y poder describirlo. 

La imagen a la cual le temo tanto y que me remite a una parte de la adultez es la siguiente: una mujer y un hombre dentro de un auto, los dos ven hacia el frente, ella recarga su mano en la ventana y se toca el cabello, no hablan entre ellos, lo único que tienen en común es la cara de hartazgo, aburrimiento y un poco de tristeza. Si algo tengo claro en esta vida es que no quiero verme así, no quiero vivir ni con esa cara ni sintiendo hartazgo. No puedo decir que a veces no me veo y me siento así pero no me gustaría que ese fuera mi mood diario. No me gustaría no tener que platicar con la persona que elegí como cómplice de vida, me entristecería mucho verme cargando a un niño o a una niña y que al verme lo único que encuentre sea una cara de frustración. No quiero que cada que alguien me pregunte cómo estoy o qué cuento lo único que conteste sea una letanía de quejas, dolores y/o sólo pueda hablar de mi trabajo, que aunque me encante y apasione no es sano sólo hablar de eso. No quiero que las responsabilidades que decida asumir me impidan hacer lo que me gusta como ir al cine, bailar, tomar una cerveza en un lugar bonito, leer, viajar. Deseo con cada partícula de mi piel que el cansancio, los mitos de la adultez no me impidan disfrutar de lo maravilloso del sexo y la pasión, no concibo dejar de besar, tocar y disfrutar el cuerpo de ese otro con el que decida compartir todo lo que soy y todo lo que tengo. Deseo con todo mi ser encontrar una causa por la cual luchar, creo que ya la voy descubriendo y espero de verdad trabajar en ella. Puede  parecer que veo y deseo una vida color de rosa, donde todo es perfecto y no pasa nada. Esa vida tal cual no existe, pasan muchas cosas y tenemos muchos problema pero deseo con todo mi corazón poder sacarle lo bueno a lo malo y disfrutar y disfrutar lo más que pueda.