Día 12: mi casa, bitácora de los casi 30

Uno de los deseos más grandes que tengo es lograr tener una casa propia, una casa que yo pueda diseñar a mi gusto. Me encantaría que fuera de tabique o adobe, con acabados en madera y que tuviera grandes ventanales para siempre poder ver la barranca, los árboles, el cielo o mínimo el jardín. Un estudio con un gran librero será indispensable para acomodar todos mis libros y lecturas de la vida, un bonito escritorio donde tener todo mi desorden de cuadernos, copias y miles de plumas y sobre todo, un lugar donde poder leer cómodamente y escribir inspiradamente. 
Una hermosa recámara con una gran ventana que me permita siempre ver más allá, con una cama grande y reconfortante, una tele que me arrulle por las noches y muchas repisas para poner los recuerdos de viajes y fotos de mis seres amad@s, ah! y no puede faltar un patio donde Lorencito pueda jugar y tomar el sol. Una casa que logre capturar lo que soy y de ser una casa compartida, que guarde la esencia de dos. Esa casa propia todavía no llega a mi vida, pero llegará. Mientras eso sucede he optado por apropiarme de la casa que actualmente rento, he decido que mientras llega la casa que sueño, la casa donde vivo, será mi casa, sin importar si está viejita como dice mi mamá, si la compartí con alguien más, como dicen mis hermanas y memo. A mi, esta casa me gusta y poco a poco la he ido adornando y adecuando a mi gusto. Poquito a poquito le he ido imprimiendo mi esencia a partir de los muebles, las fotos, los cuadros y uno que otro adornito. Yo creo, que una casa se pone bonita cuando nosotros le inyectamos amor, cuando a través de los colores, la forma en que acomodamos los muebles, los cuadros que colgamos y las flores que ponemos decimos quién(es) vive(n) ahí. A lo largo de estos años he comprobado que el interior de una casa refleja lo que somos y el momento en que nos encontramos, si está desordenada, si no la limpiamos, si está muy arreglada o está vacía, si hay juguetes por todos lados, todo eso dice algo de nosotr@s. 

Para mi las casas significan mucho, cuando yo invito a alguien a mi casa es porque ese alguien va a entrar en mi vida para siempre, por que a ese alguien le puedo mostrar lo que soy y lo que tengo, porque estoy dispuesta a compartirla con él/ella y bueno ni que decir cuando le damos una copia de las llaves de nuestra casa a alguien más, eso sí que significa, creo yo que un par de llaves significa darle toda la confianza a ese otr@ para que conozca y se apropie de cada parte de ti, de todo lo que eres, de que sienta y crea que tu casa es su casa! 
Yo hoy puedo decir que aunque mi casa está medio desordenada soy muy feliz, me encanta el espacio que he creado para mi, me gusta llegar a mi casa y ver feliz a Lorenzo, amo desayunar en mi mesa de cafetería leyendo y escuchando música, adoro mis cortinas rojas y mi recámara mal pintada de color verde, disfruto cada corazón y cada foto colgada en la pared, AMO MI CASA!




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