Epílogo de la bitácora de los casi 30

Aunque ya terminaron los 30 días de bitácora de los casi 30 hoy quiero escribir un epílogo, un texto extra donde plasme algunos temas de los cuales no escribí y necesito hablar.
La bitacora de los casi 30 parte de mi, de lado positivo, de mi lado melancólico y triste, de mi pasado y partes de mi presente, sin embargo hay una parte de la cual no hablé y que hace unos días apareció y me recordó que ahí está y que no tiene intenciones de irse pronto. 
Se acuerdan de Gizmo, ese gremlin tierno, lindo y amoroso que si lo mojaban, le daban de comer después de media noche se convertía en monstruito o eso provocaba que nacieran gremlins malos... Pues a veces me pasa lo mismo que a Gizmo, en ocasiones me convierto en un monstruito egocéntrico, egoísta y envidioso que quiere eliminar a todos con una mirada, que su lengua va más rápido que su cerebro y dice cosas de las que luego se arrepiente, he de ser sincera y a veces no me arrepiento de decirlas. Intento que esto no suceda pero hay momentos y situaciones en las que no puedo controlarme y pasa, me convierto en el gremlin más feo del Universo. Que me cambien los planes, que no me tomen en serio, que me dejen plantada muuuchas veces, que no respeten mi tiempo, que no me den mi lugar, que me hagan quedar mal, que no respeten mi trabajo, que no me escuchen, que me mientan, que me vean la cara de perro,que me hagan sentir que me utilizan, que no sean clar@s, que me prometan y no cumplan y  hacer estas cosas a otros me transforma en monstruo. 
También soy ese monstruito, no todo es alegría, felicidad y cosas positivas en mi vida, también hay una parte obscura, fea, ácida que forma parte de mi y que no me gusta,  a veces olvido trabajar para mejor y por eso de vez en cuando me sigo transformando. Algo que me encantaría eliminar de mi vida es el ego y el egoísmo y puede ser una tarea que yo me impongo para este nuevo ciclo.

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