Apuntes sobre las vacaciones

Estar frente al mar siempre me deja una sensación de paz, me provoca mucha felicidad, me llena de buenas vibras y me hace regresar con muchos deseos.
Frente al mar siempre pienso, pienso y trato de resolver. Esta última vez, estar frente al mar, me provocó mudez, pasé varios días en silencio, sólo pensando, decidiendo y asumiendo.
Mis mañanas frente al mar no siguieron al pie de la letra el ritual de lectura, esta vez más bien el sueño acompañó mis baños de sol.
Mis días frente al mar me produjeron unas ganas inmensas de tomar y tomar fotografías, de capturar colores y momentos.
Frente al mar enterré mis pies en la suave arena blanca y me enraicé y asumí mis decisiones. Yo y nadie más eligió este papel y después de leer y leer y leer el guión lo voy entendiendo y lo aprehendo a mi.
Ese azul turquesa me regresó las sonrisas que me encantan, me regaló jardines de colores que iluminaron mis ojos y me hizo regresar muy muy feliz y con muchas ganas. La cuestión es ¿Cómo conservar todos estos buenos sentimientos de vacaciones? ¿Cómo recordar lo reflexionado, aprendido y decidido hasta las siguientes vacaciones?

Tal vez seguir viendo este mar azul ayude!

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