El hostal, los piratas y Darío

En este viaje decidí que en Campeche me hospedaría en un hostal y por internet encontré uno muy nice que se llama casa Balché, en el mero centro de la ciudad, donde todo me queda cerca. Una de las razones por las que decidí quedarme ahí fue porque quería que este viaje fuera diferente, quería conocer gente, hacer amigos y cuando llegué a casa Balché me decepcioné un poco porque no había nadie :( era la única huésped jajaja. Para cuando desperté se oían pasos y para el desayuno me topé con dos personas, sólo nos dijimos hola! Me bañé y fui a buscar la bici que quería rentar para recorrer la ciudad pero estaba cerrado, me dio tristeza y pues nada decidí empezar a recorrer los baluartes y los museos que hay en cada uno de éstos. Yo. No tenía idea de qué eran los baluartes y pues pregunté y me contaron que dentro de la fortalece había Torres de vigilancia con diferentes cuartos y bodegas para guardar armas, alimentos y para que el vigilante en turno pudieran descansar. Empecé por la puerta de tierra, cuando llegué el chico d la entrada estaba platicando sobre los piratas famosos que atacaron Campeche y de qué tipo eran, yo no tenía idea de que tantos piratas famosos habían navegado por Mares Mexicanos, es más ni sabia que en México hubo piratas. Después nos contó que en realidad los Piratas atacaban más por la Puerta de Tierra pues la playa de Campeche es muy baja y les daba miedo encallar, así que llegaban por el fuerte de San Miguel y de ahí se movían por tierra para atacar la ciudad. Y que se robaban los Piratas? Su botín preferido era el Palo de Tinta, un árbol que se utiliza para teñir textiles, y que los piratas podían vender cariiiiitsimo! No era lo único que se robaban, aprovechaban pa llevarse comida y cosas que les ayudaban a sobrevivir en alta mar. En le puerta de tierra también aprendí que en principio los Piratas no eran malos, tal cual se cree, eran marinos profesionales que defendían los intereses de Inglaterra, Francia y Holanda de los "abusivos" Españoles, pero la gente empezó a ver que l piratería era negocio y entonces los ex convictos, ladrones y otros personajes sin casa ni trabajo empezaron a dedicarse a este oficio y así se hicieron fama de crueles y malhechores. Subí a la muralla y la caminé toda, me asomé en cada rinconcito, tomé fotos y he de confesar que me sentía un poco desanimada, tenía ganas de hablar, de intercambiar opiniones con alguien pero pues ni modo no mas estaba yo, así que le seguí. Caminé por una calle que sigue la muralla y te lleva a otros baluartes, llegué hasta uno que esta cerca del centro y que es un museo de la cultura maya, no me acuerdo como se llama. Ahí me tope con otros turistas que ya había visto en la puerta de tierra, una pareja adulta, él muy interesado, ella hablaba por teléfono, llegué a la última sala y vi a un güerillo, me senté junto a él para ver un video sobre Calakmul y en eso que me pregunta si me estaba quedando en casa Balché y que si quería ir a almorzar y pues que digo que si, se me iluminó la cara porque ya tenía con quien hablar. Fuimos a comer una ensalada en la calle 59, ahí nos contamos nuestras generales, me enteré que se llama Darío, que es Uruguayo y que el martes encontraría a sus amigos en playa del Carmen. Me contó que había rentado un auto y que si quería podía ir con él al fuerte de San Miguel y al Fuerte de San José. Desde ese momento paseamos todo el domingo juntos, visitamos los fuertes, comimos juntos, vimos la caminata Campechana, vimos por segunda ocasión les video "festejemos Campeche", reposamos en el balcón de nuestro hotel, él viendo un video y yo escribiendo mi nota mental, salimos a caminar y nos tomamos una chela de despedida y ahora ya entendí eso que Claudio dice sobre las diferentes maneras de acompañarnos y que la básica es ESTAR! El lunes nos encontramos a la hora del desayuno y se ofreció para darme un ride a la estación de autobuses donde tomé mi camino hacia Champotón y el carretera hacia Izamal, recomendación que le hice como parada imperdible antes de llegar a Playa del Carmen. Y pues ahí sin más nos despedimos y así fue mi segundo día en Campeche, acompañada