Volver a los básicos, volver a mi!

Los básicos de la moda dicen que en nuestro closet siempre debemos tener un pantalón negro de vestir, una camisa blanca para usar en un conjunto formal o jeans, unos jeans, un sweater gris, un vestido negro corto, unos flats, unas botas, unos tacones de aguja y no se cuanta cosa más. Yo creo que en la vida un@ va armando sus básicos que yo defino como lugares, cosas, objetos, libros, canciones, gurus, frases, poemas, películas que te ayudan a regresar a ti, a recordar en lo que crees, el camino y la(s) metas que te has planteado y una casi siempre regresa a ellos cuando está en crisis, esos momentos en que te invade la tristeza, que necesitas porras, apapachos, cuando no encuentras el norte y que ya estas desesperad@ porque no te hayas, sin querer queriendo la brújula interna te lleva a ellos y ahí te encuentras. No se cómo explicar qué o cómo sucede, sólo puedo decir que pasa, de repente un día después de leer, ver una peli, ir al bosque o hablar con alguien todo cambia, como que te alivias, te curas y de nuevo vuelves a ti, dejas de ser NO PERSONA.
Yo ayer descubrí que la carretera, el bosque y dejar salir unas lágrimitas y una que otra grosería forman parte de mis básicos. Hoy desperté sintiendo que había vuelto de donde andaba, siendo yo, con mi sonrisita y ganas de siempre y buscando cómo decirlo recordé este básico que hace unos años  recibí como regalo de viaje y lo comparto, pues creo que este ha sido y será un básico de básicos a lo largo de la vida, Jorge Drexler lo resumiría así "amar la trama más que el desenlace". 

—Itaca
Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.

C. P. Cavafis. Antología poética.
Alianza Editorial, Madrid 1999.

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