bitácora de viaje... día 9 dejando el sur

Ayer fue mi último día en el sur, fue una despedida dura porque la pasé tan bien que no quería regresar. El clima cambió, durante la madrugada del viernes llovió y amaneció nublado. Me levanté temprano porque la Bichito tenía que irse a trabajar y queríamos tomar un último cafecito, lo preparé en su nueva prensa francesa mientras ella se arreglaba, platicamos, sacamos a lolita y llegó la hora de la despedida, bichito me abrazó muy fuerte y lloró poquito y dijo que no quería que me regresara, yo me hice la valiente y sólo la abracé y la besé porque tenía nudo en la garganta, pues conozco ese sentimiento de "no quiero que te vayas". Después de los abrazos le ayudé a mover a tina para que se fuera a trabajar y nos dimos nuestro último abrazo de este viaje. 

Me quedé en la casa mientra "la chiquita" llevó Luis al trabajo y escribí mi nota mental, preparé mi maleta y me arreglé para irnos a desayunar. Desayunamos en "Palmeras", frente al mar y el muelle, mientras comíamos chilaquiles y omelette vegetariano "la chiquita" me contó sus planes, dice que quiere hacer algo por ella, quiere estudiar una maestría o cursos que le den más herramientas en su trabajo, cuenta que le gusta la isla, que sólo la dejaría por el DF, pero ya el tiempo dirá. 

Después me acompañó a comprar mis boletos de ferry y de camión al aeropuerto, fuimos al museo a que yo viera una exposición de fotografía que se llama "Somos del maíz", unas fotos me gustaron mucho, otras no tanto por el exceso de photoshop... 

"La chiquita me llevó a conocer una nueva plaza y aprovechamos para buscar unos lentes que anda buscando y creo que los encontramos, se nos hizo tarde y corrimos por mi maleta para llegar barriendo al ferry, "la chiquita" y yo nos despedimos en el auto con un beso y un te quiero mucho.  Ahora si sufrí el viaje en barco, el mar estaba muy picado y me maree (que palabra tan difícil) pero me aguanté, el descenso a Playa fue leeento porque los puentes que ponen para cruzar al muelle se movían jijiji y pues fue un martirio. Saliendo tomé mi maleta y corrí para que me diera tiempo conseguir un regalo especial, lo logré, mientras me cobraban y empacaban el regalo especial platiqué con un señor, que imagino es el dueño, estaba contenta y ansiosa por que encontré el regalo y por la prisa! 

corrí a la estación de autobuses y ahí me enteré que ahora el aeropuerto de cancún tiene 3 terminales distintas, yo no tenía idea cuál me tocaba, pero el de las maletas dijo que la 2 y yo le creí jajaja. Llegué al aeropuerto y me bajé en la terminal dos, las maletas eran un desmadre pero recuperé la mía y corri a documentar mi equipaje y esas cosas. Después me fuí a comer a la zona de alimentos y debo confesarles que el aeropuerto de CanCún no me gusta para nada, la actitud de gran parte de sus empleados es horrible, parece que nos hacen un favor al atendernos, los precios son altísimos y la comida malísima, no hacen ningún esfuerzo por que tu tiempo de espera sea placentera ay no! la pasé muy mal, lo único que rescató mi tiempo de espera fue un delicioso helado Häagen Dazs de chocolate que me comí como postre, fue el más caro de mi vida pero valió la pena, necesitaba azúcar! no les conté pero en todo este viaje sufrí un poco a falta de azúcar y postres, yo soy muy feliz comiendo postres y cosas dulces pero ni en Mérida ni Cozumel logré conseguir postres o pancito dulce que cumplieran mis espectativas jejeje. 

Mi vuelo salió retrasado y lo sentí larguísimo pero me sirvió para avanzar mi lectura de " El Vagón de las mujeres", me está gustando, pero ya quiero saber qué decide Akhila jejeje. 

Cuando llegué al aeropuerto del df ya me sentía hasta la madre y muy muy cansada y todavía me faltaba el último trayecto DF-Cuernavaca, el Pullman también se retrasó, el chiste es que llegué a mi casita como a las 12:30, fue un largo día de viaje de regreso a tierra firme y a la realidad. Y pues ya estoy de regreso!!