Calaveritas y otros detallitos!
En México las culturas prehispánicas concebían a la muerte como una unidad dialéctica; el binomio Vida- Muerte. Dentro de su cosmovisión el acto de morir constituía el comienzo de un viaje hacia el Mictlan (reino feliz de los muertos). Los señores del Mictlán: Micltantecúhtli (señor de los muertos) y su compañera Mictecacihuatl (señora de los moradores del recinto de los muertos) presidían las fiestas novena y décima, celebradas anualmente para los difuntos. En las fiestas se ofrendaban cacao, cera, aves, frutas, semillas, cosas de comida, flores y copal. La primera fiesta era denominada Miccailhuitzintli o "Pequeña fiesta de los muertos" y estaba dedicada a los niños difuntos; y Hueimiccailhuitl, que era "La gran fiesta de los muertos". En la antigüedad lo que hoy conocemos como calaveritas de azúcar eran un altar, una hilera de cráneos de quienes se habían sacrificado en honor a los dioses y se llamaban Tzompantli. A la llegada de los españoles a...