YA NO PUEDO CAMINAR MI CIUDAD

Suelo ser muy confiada y siempre he dicho que he de ser de las consentidas de Diositx porque es raro que algo malo pase en mi vida. Me gusta caminar por mi ciudad, en el día y en la noche, cuando voy al super mercado, al centro o cuando me voy de fiesta, pues me parece absurdo pagar un taxi que me llevará a unas cuantas cuadras. Me gusta caminar por que me hace sentir libre, sólo dependo de mi para moverme, yo decido a qué ritmo, que rumbo tomo y no me cuesta un centavo. Caminar a la fiesta y de regreso a mi casa me permitía pensar y creer que mi ciudad no era tan insegura, estaba clara que la eterna primavera ya no era un paraíso, que la invade la obscuridad, sin embargo seguía confiando y pensando que no había que dejar de salir, de caminar, de hacer.  Sin embargo, el sábado por la noche me di cuenta que YA NO PUEDO CAMINAR mi ciudad, no me puedo sentir libre y segura.
Eran las 11 y piquito, caminaba sobre Bvld. Juárez  y rebasé a un grupo de chicos, empezaron a decirme de cosas, "piropos" les dicen, no hice caso, siguieron, no voltee ni nada, siguieron y siguieron y yo seguí caminando sin voltear. De repente uno me alcanzó y se puso frente a mi, agarro mi muñeca y mi hombro con fuerza y viéndome a los ojos me preguntó ¿a dónde te diriges? y contesté que no le importaba, intenté soltarme y no pude, y volvió a preguntar ¿a dónde te diriges? sólo pude contestar a un bar, sentí que me arrancaron la bolsa, no sé si él u otro de sus compañeros. Ejerció más fuerza y puso su mano en mi pecho para empujarme y me recargó sobre una cortina, ahí me preguntó ¿por qué no nos pelaste? y yo sólo contesté: porque no quise, me quitó mi celular y se fue. Me quedé en shock y lo único que se me ocurrió fue seguir caminando hasta encontrar a alguno de mis amigos, me sentía zombie.
Poco a poco empecé a hacer el recuento de los daños y pensé que no podría entrar a mi casa porque en mi bolsa iban mis llaves, hablé a casa de mi mamá para que me dieran asilo. Después pensé en mi IFE, en que ahí iba mi dirección y me dio diarrea cerebral, me sentí vulnerable y miedosa del mundo.  Mi tarjeta de banco, hablé a Banamex y la tarjeta quedó bloqueada. Mi cámarita sony, un lente inalámbrico que me regalé en navidad, uno de mis tesoro materiales más preciados iba en esa bolsa. Con este robo también perdí un regalo de cumpleaños adelantado, mi libro de "nenitas", mi libro que llegó por correo, que me dio una bonita sorpresa y al cual le había agarrado tanto gusto y faltaba poco para terminarlo y ponerlo en el top ten de las lecturas. "Nenitas" se fue y lo que más me duele es que seguro al otro día aparecería tirado por algún rincón pero bueno, espero que quien lo encuentre lo disfrute... Mi celular, que fungía como cámara, mis fotos, todas mis fotos, esas si que duelen!
Pero lo que más más más me duele y me entristece de todo este acontecimiento es tener que aceptar que YA NO PUEDO CAMINAR MI CIUDAD, y que todo fue por que no "los pelee", esto si que me da mucho coraje. Las cosas materiales vienen y se van pero dejar de sentirse libre es un fuerte dolor de corazón que me causa el YA NO PODER CAMINAR MI CIUDAD.

Espero pronto poder volver a cantar "Vuelve a mi ciudad, vuele para acá, no te dejes engañar por el miedo!

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