Suelo ser muy confiada y siempre he dicho que he de ser de las consentidas de Diositx porque es raro que algo malo pase en mi vida. Me gusta caminar por mi ciudad, en el día y en la noche, cuando voy al super mercado, al centro o cuando me voy de fiesta, pues me parece absurdo pagar un taxi que me llevará a unas cuantas cuadras. Me gusta caminar por que me hace sentir libre, sólo dependo de mi para moverme, yo decido a qué ritmo, que rumbo tomo y no me cuesta un centavo. Caminar a la fiesta y de regreso a mi casa me permitía pensar y creer que mi ciudad no era tan insegura, estaba clara que la eterna primavera ya no era un paraíso, que la invade la obscuridad, sin embargo seguía confiando y pensando que no había que dejar de salir, de caminar, de hacer. Sin embargo, el sábado por la noche me di cuenta que YA NO PUEDO CAMINAR mi ciudad, no me puedo sentir libre y segura. Eran las 11 y piquito, caminaba sobre Bvld. Juárez y rebasé a un grupo de chicos, empezaron a decirme de ...