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Mostrando entradas de mayo, 2014

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Necesito  escribir... Que No pensarlos me da paz, Que una parte de mi se resiste a darse por vencida,  Que sé que quiero pero a veces le temo, Que me siento triste.

Sobre caminar...

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Sobre salir a caminar LA CAMINATA COMO UNA FORMA MODESTA Y ELEGANTE DE RECLAMAR EL MUNDO DE REGRESO. DE DESAFIAR A LAS MASAS APRESURADAS CON UN RITMO ANACRÓNICO. POR:  LUCIA ORTIZ MONASTERIO  - 26/04/2014 A LAS 22:04:29 9 in Share 3 ALTERCULTURA  /  ALTER-EXISTENCIA   Caminar es una forma de reclamar el mundo. Atenta contra la velocidad del pensamiento, contra la inercia de los días y la separación tajante entre el cuerpo y la razón, que sufre tanto hoy en día. Roland Barthes señalaba que “es posible que caminar sea mitológicamente el gesto más humano. Todo ensueño, toda imagen ideal, toda promoción social, suprime en primer lugar las piernas; ya sea mediante el retrato o el automóvil”. Caminar, entonces, podría verse como un acto subversivo que nos permite estar en nuestro cuerpo y en el mundo sin estar siendo ocupados por ellos. O como un descanso, pero uno que no es una pausa porque no deja de fluir en consonancia con el mundo externo. De entre los caminantes (

Caminar sin rumbo, un arte en peligro de extinción

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http://pijamasurf.com/2014/05/caminar-sin-rumbo-un-arte-en-peligro-de-extincion/ Por diversas razones que tal vez rayan entre el azar, el karma, y la torpeza, terminamos viviendo una realidad sociocultural un tanto frenética. Si bien el actual escenario tiene innumerables bondades, existen ciertos aspectos de él que nos sugieren desaciertos importantes. La productividad, la rapidez, y la funcionalidad, son solo algunas de las características que hemos privilegiado culturalmente, de manera suficientemente excesiva como para dar lugar a estilos de vida marcados por el estrés, la frivolidad y la automatización de procesos que antes enriquecían, quizá como ningún otro, nuestra existencia –por ejemplo los traslados. Y dentro de este entorno que aspira a la síntesis funcional y acelerada de la vida, tal vez el acto de mayor subversión cultural, al menos dentro de un plano poético, sea el de caminar a la deriva. Caminar podría traducirse como el no tener la solvencia económica para mover

YA NO PUEDO CAMINAR MI CIUDAD

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Suelo ser muy confiada y siempre he dicho que he de ser de las consentidas de Diositx porque es raro que algo malo pase en mi vida. Me gusta caminar por mi ciudad, en el día y en la noche, cuando voy al super mercado, al centro o cuando me voy de fiesta, pues me parece absurdo pagar un taxi que me llevará a unas cuantas cuadras. Me gusta caminar por que me hace sentir libre, sólo dependo de mi para moverme, yo decido a qué ritmo, que rumbo tomo y no me cuesta un centavo. Caminar a la fiesta y de regreso a mi casa me permitía pensar y creer que mi ciudad no era tan insegura, estaba clara que la eterna primavera ya no era un paraíso, que la invade la obscuridad, sin embargo seguía confiando y pensando que no había que dejar de salir, de caminar, de hacer.  Sin embargo, el sábado por la noche me di cuenta que YA NO PUEDO CAMINAR mi ciudad, no me puedo sentir libre y segura. Eran las 11 y piquito, caminaba sobre Bvld. Juárez  y rebasé a un grupo de chicos, empezaron a decirme de cosas, &q